La percepción de los sentidos en bebés
Cómo se desarrollan los sentidos en niños y bebés
La percepción es el modo en la que el cerebro interpreta la información que llega a través de los sentidos (vista, oído, olfato, gusto y tacto). La percepción en la fase preescolar aún está en fase de desarrollo, y el proceso no tiene el mismo desarrollo en todos los niños.
Los adultos y los niños perciben de diferente forma el mundo que les rodea, y los padres muchas veces no se dan cuenta de cómo lo perciben los niños.
Cómo desarrollar la percepción de los sentidos en bebés
La percepción es lo que una persona entiende a través de los sentidos. La información que los sentidos perciben se procesa en el cerebro, donde se compara con la información que ya tenemos almacenada. El cerebro puede reaccionar automáticamente o formular una respuesta más meditada. Los recién nacidos ya cuentan con unas reacciones básicas, pero a medida que se va desarrollando va perfeccionando. Se han determinado unos hitos del desarrollo para facilitar a evaluación de la etapa a la que ha llegado el niño en cuanto al perfeccionamiento de sus sentidos y la interpretación de la información que recibe.
La percepción visual
El perfeccionamiento de la percepcón visual forma parte importante del desarrollo mental entre los dos y los cinco años, se han establecido cinco habilidades:
– Reconocimiento de formas: ser capaz de reconocer que una forma se ha girado aun siendo la misma forma.
– Cierre visual: ser capaz de adivinar un objeto cuando solo se ve una parte.
– Memoria espacial: ser capaz de recordar la situación de un objeto escondido.
– Búsqueda de imagen: ser capaz de ignorar detalles que no son importantes al buscar un objeto en particular.
Un niño con dificultades puede tener problemas con una o varias de estas habilidades, pero un niño en edad preescolar desarrolla todas estas habilidades hasta que las hace automáticas y no piensa en ellas de manera consciente.
La percepción acústica
Los adultos no nos damos cuenta de que el oido de los niños es más sensible tanto en frecuencia como en volumen. La frecuencia se mide en hercios (Hz), los niños en edad preescolar pueden detectar sonidos de hasta 20.000 hercios o más. A partir de los ocho años, el rango comienza a reducirse y se pierden las frecuencias más elevadas; un adulto detecta sonidos entre los 15.000 o 16.000.
El volumen ideal para un niño pequeño se encuentra alrededor de los 20 decibelios, con un máximo de 35 decibelios para un niño con capacidad auditiva normal. Hay pruebas que han demostrado que el nivel de decibelios en un grupo de juego ruidoso en un lugar con eco, puede alcanzar de 55 a 75 decibelios, demasiado alto para un niño pequeño.
La percepción de los olores
Al igual que pasa con los demás sentidos, los adultos nos equivocamos con respecto a la manera que nos imaginamos que el niño percibe los olores. Hay experimentos que demuestran que a los niños de dos, tres y cuatro años no les resultaba desagradable el olor de las heces o el sudor. Esta sensación cambia radicalmente a los cinco años.
También se ha demostrado que los bebés no aprecian los olores de las flores o de la gasolina. Por el contrario los niños detectan los olores frutales mucho mejor que los adultos.
La percepción del gusto
Los niños tienen más papilas gustativas que los adultos y son más sensibles a los sabores de los distintos alimentos. Una de las principales diferencias es la mayor preferencia por sabores dulces y desagrado por otros sabores. A un bebé únicamente le gustan los sabores dulces y a un adulto le agradan una amplia gama de sabores. Es importante que los niños prueben todo tipo de sabores.
Artículo escrito para Guiainfantil
María Algueró Especialista infantil