La llegada de un hermanito/a

15 Feb, 2016

La llegada de un hermanito/a

 

Hoy empezamos una genial colaboración con Lara, psicologa en «La psicología sin diván»

 

El nacimiento de un bebé es razón de alegría en el seno de una familia. Es un gran cambio que provoca emociones y sentimientos muy intensos. En este sentido, los adultos somos capaces de “digerirlos”, comprenderlos e integrarlos en nuestra vida. Pero… ¿qué pasa con los hermanos?

La llegada del bebé implica para ellos una enorme diferencia. Su pequeño mundo formado por sus padres y familiares más cercanos está cambiando. Por su edad, los niños son menos capaces de integrar la información novedosa y de comprender sus propias emociones. Por ello, es muy frecuente que surjan celos, cambios en su comportamiento, en el sueño o el apetito, que suelen desaparecer de forma natural en unas semanas. Estas pequeñas alteraciones son totalmente normales e indican que el niño/a siente, con la llegada del bebé, una amenaza en relación con su estabilidad y vinculo con los padres.

Por supuesto, ningún padre ni madre quiere ver sufrir a su hijo o hija. Por lo tanto, ¿Qué podemos hacer para facilitar el proceso de adaptación?

Durante el embarazo…

  • Implica a tu hijo/a en todo el proceso. El cambio, una vez nazca el bebé, será mucho menos impactante y estresante si durante el proceso de embarazo tu hijo/a ha podido ver las ecografías, ayudar a poner las cosas del bebé en casa, ha escuchado hablar del bebé, etc. Todo lo que se os ocurra para incluirlo en los nuevos planes y cambios, será muy positivo para que comprenda la nueva situación. Ellos también tienen que adaptarse y generar otra nueva idea de familia, de forma similar a los adultos. Sin embargo, ellos son menos capaces de hacerlo por sí solos y necesitan nuestra ayuda.
  • Anticipa el gran cambio. Empieza por explicarle como será su vida dentro de unos meses, cuando ya esté el bebé en casa. Por ejemplo, “aquí dormirá el bebé”, “el bebé estará con nosotros y verá las dibujos contigo”, etc. Así, se puede hacer una idea de lo que es tener un hermanito/a. ¡Cuidado! Implica al hermano mayor en todo lo que le cuentes y evita hacer comentarios negativos sobre el bebé (“llorará mucho y ya no podré estar contigo”).

Conociendo al bebé…

En el momento de presentar al bebé, debemos tener en cuenta que cada niño reacciona de una forma diferente y, puede, que no sea la que nos habíamos imaginado. Sería oportuno no tener una idea preconcebida de cómo transcurrirá el momento, pero sabemos que esto es prácticamente imposible.

Por muy pequeño que sea tu hijo/a, entiende que el bebé es “algo nuevo” y seguramente tendrá curiosidad, que tarde o temprano aparecerá. Muéstrate con naturalidad, déjale un poco a su aire, sin darle muchas indicaciones sobre cómo acercarse o qué hacer. Tanto si se acerca como si prefiere ignorar al bebé, debemos respetar su primera toma de contacto. En definitiva, es una nueva relación entre hermanos que, aunque marcada por los adultos, será totalmente diferente a las que ha podido tener antes.

 

fotoLas primeras semanas en casa…

  • Involucra a tu hijo/a en pequeñas tareas relacionadas con el bebé, así sentirá que realmente forma parte de esta nueva etapa y que no ha quedado relegado a un segundo puesto. Puedes pedirle ayuda para preparar el baño, para cambiarle el pañal al bebé, por ejemplo, pidiéndole que te acerque las cremitas.

Seguramente pensarás que aún es pequeño/a y que no tiene que asumir responsabilidades que corresponden a los adultos. Nada más lejos de la realidad. Hacerles partícipes de todo el proceso y de las nuevas rutinas le permitirá desarrollar su nuevo rol de hermano/a mayor, adaptarse con mayor naturalidad a la nueva etapa y también fomentará su autonomía y responsabilidad (Siempre teniendo en cuenta su iniciativa y agrado, ¡nunca obligándole!)

  • Reserva todos los días un ratito para tu hijo/a mayor. Antes de la llegada del bebé, todo vuestro tiempo era para él/ella, así que este cambio es uno de los que mayor impacto genera en su día a día. Esto también se debe tener en cuenta con los familiares. No está de más hablar con la familia más cercana y amigos, exponiendo vuestra forma de afrontar y gestionar el tiempo, las atenciones y la vida en familia.
  • Habla, habla y pregunta. La mejor forma de saber cómo están llevando el proceso de adaptación es preguntando y hablando con ellos. Seguramente, tendrán preguntas y dudas, y los adultos tenemos que responderles. Las nuevas curiosidades tienen una función muy importante: están modificando su idea sobre la familia, el mundo y la realidad para generar otro concepto diferente, integrando nuevas formas de amar y de relacionarse.

 

Espero que estas pequeñas recomendaciones os sirvan de ayuda para gestionar la llegada del bebé y la vida en casa, ¡seguro que lo haréis muy bien! Por otra parte, si los problemas de comportamiento o celos duran más de lo que esperabais o son muy intensos y generan un gran malestar en la familia, no dudéis en pedir ayuda profesional. Seguro que os pueden dar pautas y estrategias para mejorar vuestra situación.

 

Lara.

 

 

 

 

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