Talleres para bebés: nueve ideas para estimular a los pequeños

3 Jun, 2012

Talleres para bebés: nueve ideas para estimular a los pequeños

Los talleres para bebés estimulan las habilidades de los pequeños y ofrecen ideas creativas a los padres
Los padres y madres saben que los bebés necesitan jugar y sentirse estimulados. Pero cuando llega el momento de poner en práctica este consejo no siempre encuentran el tiempo, la manera, el humor o la energía necesarios para ello. También sucede que muchos se bloquean cuando tropiezan con las limitaciones de su propia creatividad, y de repente se sienten sin ideas. O bien se topan con su sentido del ridículo y no se animan a cantar, bailar o hacer muecas. Para resolver ese tipo de problemas, una opción muy útil es acudir a alguno de los talleres que existen para bebés. Este reportaje señala cuáles son sus beneficios y describe nueve tipos de talleres.
¿Qué beneficios aportan los talleres para bebés?
En la actualidad, la oferta es tan amplia que lo difícil es terminar la búsqueda sin haber encontrado algo que resulte apetecible. Si bien cada taller trabaja habilidades motoras, cognitivas o psíquicas específicas, dadas las limitaciones y las necesidades tan particulares que impone un bebé, la mayoría suelen coincidir en cinco ideas básicas.
  • Estimular la psicomotrocidad del bebé.
  • Fomentar la sociabilidad del bebé y de la familia, pues los talleres suelen ser grupales y se comparte espacio con otras familias.
  • Pasar un rato divertido con el padre o la madre y aprovechar ese momento para fortalecer el vínculo afectivo con ellos.
  • Proporcionar ideas para que la familia aprenda a jugar y que los niños no se aburran en casa.
  • Encuentros semanales impartidos en sesiones de 1 a 1 hora y media.

Nueve tipos de talleres dirigidos a los bebés
Existen muchos talleres disponibles para los pequeños de entre 3 meses y 4 años, aunque pueden clasificarse de la siguiente manera:
1. Masajes para bebés. Aquí los progenitores aprenden a estimular a sus hijos principalmente a través del contacto. Se trata de hacer movimientos suaves para relajar al bebé y, de paso, establecer un vínculo afectivo a través de la piel. En muchos casos también se utilizan pelotas de gimnasia, sobre las que se sienta o se hacer rodar despacito al niño. El movimiento, unido a la voz del adulto, la música o algún sonajero, completan el mar de sensaciones en el que se sumerge a los niños. En estos vídeos, el centro Andares muestra mejor de qué se trata.
2. Talleres de música. La idea es explotar el ritmo, el movimiento corporal o algunos instrumentos musicales sencillos para estimular las habilidades cognitivas, motoras y psíquicas de los niños. Y es importante entender que no se trata de buscar al nuevo Mozart, ni de que los niños terminen siendo músicos; sino que se pretende que jueguen con la música y que esta les sirva para despertar sus sentidos, fortalecer la escucha, potenciar la memoria o fomentar su creatividad. Un buen lugar donde informarse mejor es la web de Agugutamtam.
3. Talleres de cuento. Una cosa es la idea idílica de «voy a contarle un cuento a mi hijo» y otra, la realidad contra la que muchos padres se estrellan cuando intentan ponerlo en práctica. Estos talleres pueden ser muy útiles al respecto. Por un lado, abonan el terreno para que los niños se muestren más receptivos a escuchar cuentos; y por otro, los adultos pueden aprender de los excelentes narradores orales que se dan cita en estos espacios. De paso, como se celebran en librerías, encontrarán orientación profesional para saber qué libros pueden comprar para sus hijos. En este vídeo, las responsables de la librería El Hada Trabalenguas lo explican de maravilla.
4. Talleres artísticos. Estos son los típicos talleres donde los niños acaban con las manos llenas de pintura y con la ropa lista para ir a la lavadora. En estos cursillos relacionados con las artes plásticas, además de estampar sus huellas en una hoja, cuando los niños crecen incluso puede que elaboren algún dibujo. Se procura estimular la motricidad fina y de que el niño se familiarice con los conceptos de espacio, tamaño, color, etc. ¿Más información? En la web de Fun & Fit.
5. Talleres de expresión corporal. En estos espacios, el acento recae sobre el movimiento del cuerpo y la música, es decir, sobre la danza. A los niños les encanta bailar, así que en estos talleres más o menos hacen eso: bailar, descubrir su cuerpo a través del movimiento. Los hay bastante multiculturales, donde lo mismo les pinchan «boollywood» que un tango.
6. Talleres acuáticos. El agua y los bebés forman una pareja exitosa. Una piscina climatizada puede ser el lugar apropiado donde jugar con los niños y trabajar su psicomotricidad de una manera diferente. Este medio aporta otras sensaciones, más información y más estímulos para ese explorador en ciernes que es el bebé. Un punto a favor del agua es su poder relajante y pacificador, incluso del bebé más revoltoso. Para saber más, se puede visitar la web de Chapoteos o mirar los vídeos de Natación Interaqua.
7. Gimnasia para bebés. Mediante rutinas de ejercicios se contribuye a fortalecer la musculatura de los bebés a la hora de reptar, gatear o caminar. Los ejercicios están encaminados a que el niño adquiera un mejor sentido del equilibrio y desarrolle todo tipo de habilidades motoras de acuerdo con su edad. Para ello se usan aros, pelotas, distintas superficies
sobre las que caminar, etc.
8. Talleres de idiomas. No son «talleres de idiomas» en el sentido estricto de la expresión, sino que, en general, alguno de los talleres anteriores se imparte en inglés, francés o alemán (o en aquel idioma que el profesor domine). Los más fáciles de encontrar son los relacionados con música, literatura y expresión corporal.
9. Talleres de estimulación general. Como su nombre sugiere, tienen un poco de todo en función de las instalaciones de que disponga la empresa y de la orientación que quiera darle el profesor. Pueden contener una buena dosis de gimnasia, una pizca de masajes, un toque de artes plásticas, algo de música… Cada docente elabora su propia receta personal para despertar los sentidos del bebé y alimentarlos de sensaciones.


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